El calabacín también se consume raramente crudo, por lo que es una buena fuente de potasio, magnesio, fósforo y fibras.
El plato reúne ingredientes clave de la alimentación saludable, como verduras, hierbas aromáticas, frutos secos y aceite de oliva virgen extra. Además, el hecho de consumir el alimento crudo permite aprovechar todos los nutrientes de las verduras, como por ejemplo la vitamina C. Es un entrante perfecto para compartir o para usar como guarnición de un segundo a base de legumbres, pescado, huevo o carne magra.
Puede eliminarse la sal del aderezo final, pues la salsa y el queso ya potencian el sabor.