El queso feta proviene de la leche de oveja y se remonta a la Antigüedad, en Grecia. El término «feta» procede de la palabra italiana «fetta», que significa loncha. Es más sabroso que otros quesos frescos como la ricota, por ejemplo. Se recomienda no añadir sal a los platos que contengan queso feta porque tiene un alto contenido en sodio. También se puede desalar metiéndolo en agua.
Se trata de un excelente plato principal, pues es sano, bien equilibrado y rico en alimentos funcionales. El salmón es rico en ácidos grasos poliinsaturados, concretamente en omega 3 (AGPI como el DHA y el EPA). La lombarda, considerada un superalimento, aporta una cantidad de nutrientes considerable. El pigmento morado se debe a las flavinas, de la familia de los antocianos, unos antioxidantes muy potentes y ricos en vitamina C. Además, es una excelente fuente de potasio.
Se puede acompañar con una tostada o con patatas, para aportar suficientes hidratos de carbono. Si prefiere disfrutar de una versión más ligera, así como para quienes sean alérgicos a los lácteos, se puede prescindir del queso feta.